Cuando hablamos de filósofos presocráticos, comenzamos repasando a aquellos que buscaban la razón del cambio en el mundo físico en un principio racional, a veces identificado con un elemento material como el agua - Thales de Mileto - o el aire - Anaxímenes de Mileto. Pero no todos los filósofos presocráticos daban explicaciones similares, siendo Parménides de Elea (alrededor de 530 a C. - 470 a C.) uno de los filósofos más originales de esta época, ya que para él la multiplicidad y el cambio que percibimos en la naturaleza no es sino un conocimiento confuso y engañoso, es la vía de la opinión o doxa, que siempre nos llevará a conocimientos falsos. Por el contrario, la verdad tiene su vía en la razón, el camino que nos conducirá a aquello que es inmutable, que siempre permanece igual. De ahí su postura de negación del movimiento y el cambio y la imposibilidad de la división del espacio y el tiempo.
La filosofía de Parménides requiere un grado de abstracción para ser entendida mayor que la de los primeros filósofos - los jonios, los físicos -, y por ello, uno de los discípulos de Parménides, Zenón de Elea, ideó una serie de pruebas para demostrar que las tesis de Parménides eran ciertas y no cabe defensa racional de la multiplicidad del ser o la infinita divisibilidad del espacio. Estas pruebas acuden a la fórmula lógica de la Reducción al Absurdo; esto es, parte de lo contrario que quiere demostrar para llegar a una contradicción por esta vía, no teniendo otra alternativa que negar su punto de partida, esto es, afirmar la tesis que quería demostar. De entre las pruebas lógicas ideadas por Zenón, la más famosa es la PARADOJA DE AQUILES Y LA TORTUGA, que, de forma muy resumida plantea lo siguiente:
1.- Supongamos que el espacio es infinitamente divisible.
2.- Tomemos a Aquiles "el de los pies ligeros" - el hombre más rápido de su tiempo - y a una sencilla tortuga, y hagamos una carrera entre ambos.
3.- Para limar las diferencias naturales entre ambos seres, demos a la tortuga una generosa ventaja de salida en la carrera.
4.- Cuando Aquiles salga del punto de partida, la tortuga le llevará un gran espacio de ventaja; conforme Aquiles se vaya acercando a ese punto, la tortuga habrá adelantado otro espacio, por pequeño que sea, y así sucesivamente,de forma que ....!Aquiles es incapaz de alcanzar a la tortuga!.
Este es el planteamiento, y como seguro que te habrá parecido que en algún momento hay algo que no "cuadra" en la historia, te propongo que desmontes desde la ciencia - ello implica desde la Física y desde las Matemáticas (ambas) - la paradoja de Zenón y la tortuga. Para ello puedes usar los comentarios que admite la entrada. La única condición es que la explicación sea redactada, no sólo con fórmulas que puedas copiar de algunos sitios.
¡Buena suerte!
Estupenda propuesta, doña Ángeles.
ResponderEliminarAñado una pista: la paradoja envuelve "el problema del Continuo".
¿Se pueden "computar" el tiempo y el espacio en unidades discretas? ¿Están hechos el espacio de puntos y el tiempo de instantes? Si así es, ¿por qué apostaríamos por Aquiles?