Cuando comenzamos a hablar de Filosofía, hacemos esfuerzos por entender que es una forma de enfrentarse a esta realidad tan compleja que es el hombre arrojado en un mundo que le cuesta mucho comprender, haciéndonos un ser curioso que no puede parar de hacerse preguntas, y que cualquier respuesta que les dé, llevarán inevitablemente a otras posteriores. Esa es la raíz de la actividad filosófica: tratar de preguntarse siempre algo más acerca de nuestra condición, pero intentando responder desde la razón, haciendo esfuerzos por meter la vida dentro del corsé de la Lógica, lo que hace que la Filosofía se encuentre cerca de la Ciencia y más alejada de la Mitología o de la Religión.
Es precisamente esa peculiaridad de la Filosofía la que menos le gustaba a Nietzsche, para quien Sócrates "corrompió" el espíritu griego al optar por el pensamiento racional olvidándose de la vida y su mejor expresión: el arte; según el filósofo alemán lo que hizo la historia del pensamiento occidental fue dejarse rodar por un precipicio de falta de vitalidad, de capacidad de gozar de la vida y a una momificación en última instancia.La poesía sería una forma artística de acercarse a los planteamientos filosóficos más vital y cercana a la visión nietzscheana.
Aprovecho esta entrada para daros a conocer a un poeta, Antonio García Soler, muy buen conocedor del mundo griego, pero también de la Filosofía, que , entre dar clases a jóvenes como vosotros y vivir, ha ido anotando en los márgenes de la vida todas aquellas cuestiones que nosotros, en clase, planteamos con aridez, pero que él, como poeta, es capaz de transmitir con un lenguaje claro, rotundo, una puntuación que se convierte en estilo literario en sí misma, y un cierto humor que lo hacen - aparentemente - ligero, pero en cuyo fondo mantiene las cuestiones esenciales.
Aquí os pongo el poema con el que comienza el libro Los Demás Días :
DEUDA
Es fácilque no aciertes
en verso
ni en prosa.
Mejor,
si aciertas
con la vida:
prosa o verso.
Linde
de días
y otras palabras,
esta carne.
Vida
lo demás,
entre tanto.
Espero que el poema os haya "hecho cosquillas" tanto en el cerebro como en el corazón, y sobre todo, que os haya abierto el apetito de querer leer más.